
Las crisis de pánico son un tipo de trastornos de ansiedad que se caracterizan por ser repentinas, producir miedo en gran intensidad y se acompaña de reaccionas físicas agudas que son incómodas para las personas que lo padecen.
Suelen empezar de manera súbita y sin aviso, es decir, se presenta en cualquier momento e incluso se puede presentar cuando uno está dormido. Son de corta duración (10 minutos aprox.) pero pueden repetirse en el tiempo.
La persona lo vive como un intenso temor a la muerte, a un ataque cardíaco, a desmayarse o a perder el control.
Es frecuente que las personas que padecen su primer ataque de pánico, acudan a urgencias porque se siente como un ataque cardíaco. Si bien no son peligrosos, afecta la calidad de vida de las personas que lo padecen.
Algunos factores que favorecen las aparición de las crisis de pánico son: antecedentes familiares, haber experimentado un hecho traumático, gran nivel de estrés, cambios en nuestra vida.
Síntomas emocionales:
Sensación de peligro, temor a morir
Temor a perder el control o a enloquecer
Sensación de irrealidad, no sentirse uno mismo, o sentirse desapegado de uno mismo.
Síntomas físicos:
Palpitaciones, latidos del corazón intenso o aceleración del pulso.
Malestar u opresión en el pecho.
Sensación de ahogo, falta de aire o sofocación.
Mareos o inestabilidad.
Sensación de inestabilidad o temor a desmayarse.
Sudoración.
Temblores o escalofríos.
Parestesias “hormigueo o adormecimiento”.
Oleadas de frío o de calor.
Náuseas o dolor abdominal.
Consejos ante una crisis de pánico:
1. Práctica una técnica de respiración: cuando estamos frente a una crisis de pánico, se acelera nuestra respiración y estamos frente a la hiperventilación, produciendo un desequilibrio en la cantidad de oxígeno y CO2. Esta situación aumenta nuestra sintomatología física y causa más ansiedad. Practica el siguiente ejercicio de respiración: Tomar aire mientras cuentas hasta 4 y sintiendo como se llena el pecho y el abdomen. Mantén el aire un par de segundos y luego bota el aire contando hasta 4. Repite esto hasta sentir que dejes de hiperventilar.
2. Recuerda que lo que estas sintiendo, aunque es muy atemorizante no es peligroso. Algunas cosas que puedes decirte:
“Esto que siento es momentáneo”
“Si respiro pausadamente voy a tranquilizarme”
“Los síntomas duran solo unos minutos”
“Yo he pasado por esto anteriormente”
“Yo puedo atravesar esta situación”
3. Reduce los estímulos: cuando sientas que se avecina un ataque, es una buena idea limitar los estímulos sensoriales que estás experimentando. Intenta encontrar un espacio oscuro y tranquilo donde puedas practicar las técnicas de respiración y relajación.
4. Escucha algo: esta recomendación se relaciona con la anterior. Se trata de reducir los estímulos concentrándote en un solo sentido. El oído es muy eficaz. Puedes escuchar una música que sabes que te calma, que te hace sentir bien. Ten preparada una playlist con tus temas preferidos para conquistar la tranquilidad.
5. Cambia la forma de pensar: muchas veces el miedo es causado por nuestros pensamientos. Oblígate a pensar en otra cosa, cambia el tema de conversación si sientes que te esta generando ansiedad y realiza alguna actividad que te obligue a pensar en otras cosas.
Por último, si estas experimentando ataques de pánico es recomendable consultar con especialistas de la salud mental. El tratamiento para las crisis de pánico consiste en medicamentos para bajar el nivel de ansiedad en combinación con psicoterapia que te ayudará a sentirte bien y poder controlar este trastorno.
Comments