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Ayuda Psicológica en pacientes con Hepatitis Crónica.

Ps. Margaret Gibson Craig Carmichael

El papel del psicólogo en los pacientes con hepatitis crónica es apoyar a los pacientes y a sus familiares a adaptarse a los cambios que supone esta enfermedad y enfrentar los diversos problemas que se van presentando, así como ayudarlos a mantener de la mejor manera posible su calidad de vida.

Desde el momento en que al paciente le comunican la presencia de esta enfermedad, el psicólogo puede intervenir ayudándolo a él y a su familia a aceptar y asumirla, trabajando en reducir la angustia que produce la incertidumbre de lo que vendrá a futuro y las ideas negativas que puedan surgir con respecto a su esperanza de vida. Producto de esta incertidumbre, los pacientes pueden tener reacciones emocionales como miedo, rabia, tristeza y angustia que deben ser atendidas y trabajadas en conjunto.

Por otro lado, el apoyo psicológico se encamina a ayudar a los pacientes a tomar decisiones con respecto a la enfermedad, desde qué tratamientos seguir, a aspectos fundamentales como cambios en los hábitos de vida de los pacientes para adoptar hábitos más saludables como dejar de fumar y beber alcohol, alimentación adecuada, cambiar rutinas, etc.

También es importante el apoyo a los pacientes sobre qué se va a comunicar y explicar a las personas conocidas y qué no; y a enfrentar los miedos que pueden surgir como: perder el trabajo, el rechazo de su entorno social, preguntas indiscretas y los rumores que puedan surgir.

Es importante la ayuda del psicólogo en trabajar la culpa que pueda surgir en los pacientes. Las hepatitis B y D se transmiten a través de la sangre y por vía sexual. La hepatitis C solo a través de la sangre, como por ejemplo, por el uso de agujas infectadas (como las usadas para drogas, tatujes). El paciente puede experimentar culpa asociada a los pocos cuidados y haberse contagiado. A su vez suelen generar prejuicios en el resto de las personas que los relacionan con determinados estilos de vida (promiscuidad y consumo de drogas). El psicólogo puede ofrecer contención y orientación a los pacientes para sobrellevar los estigmas y prejuicios que pueden surgir en el entorno.

A su vez la intervención psicológica también debe dirigirse a los familiares cercanos de modo de reducir el impacto que trae para ellos también los cambios en la vida de la persona y para reforzar el papel de apoyo que tienen durante la enfermedad y tratamiento de la persona enferma.

Por último algunos consejos para sobrellevar la enfermedad:

  • Al principio se generan sentimientos negativos asociados a la angustia, miedo y tristeza asociados al desenlace que pueda tener esta enfermedad. Es importante aprender a valorarla en su justa medida, es decir, como una enfermedad crónica que con los cuidados adecuados, se puede llevar una vida normalizada.

  • Mientras mejor se esté anímicamente, mejor se influirá positivamente en la enfermedad.

  • Evitar aislarse y vivir la enfermedad en silencio, el apoyo de la familia y amigos es fundamental en el tratamiento y calidad de vida de la persona.

  • Solicitar ayuda psicológica cuando se sienta invadido por la angustia, miedo y rabia. El psicólogo puede proporcionar la orientación y contención necesaria para sobrellevar la enfermedad y tratamiento.​

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