
El cáncer de próstata en Chile pertenece a la tercera causa de muerte en los hombres y por tanto es una prioridad de salud pública para el país. Detectarlo a tiempo es una tarea en curso ya que la mayor parte de las veces los pacientes se diagnostican con cáncer de próstata cuando la enfermedad se encuentra en etapas avanzadas.
Por esto, es que es de importancia conocer los factores asociados a esta enfermedad, siendo los principales: edad, antecedentes familiares y país de nacimiento. Y existe uno en particular al cual nos referiremos, los factores antropométricos: el estado nutricional de obesidad incrementa el riesgo de cáncer de próstata.
La obesidad (IMC > 30), especialmente la que se presenta mayoritariamente en hombres de distribución abdominal o central, se asocia con mayor riesgo de cáncer de próstata, así como con mayor mortalidad. Esta asociación directa está sustentada en los mecanismos metabólicos y hormonales característicos de la obesidad, condicionantes de mayor riesgo de cánceres en general y prostático en particular.
Entonces, la forma en que nos alimentamos y por ende nuestro estado nutricional, pueden ser un factor de riesgo o un factor protector en ciertos tipos de cánceres y específicamente en el cáncer de próstata.
Grasas saturadas v/s grasas poliinsaturadas (omega 3)
Las dietas ricas en grasas saturadas, específicamente, alimentos provenientes de origen animal como: cualquier alimento o preparación frita, embutidos (salchichas, vienesas, jamones, cecinas, longanizas, hamburguesas), carne de cerdo, carne de vacuno alta en grasa, productos lácteos enteros (leche, yogurt, queso), mantequillas, margarinas, helados, productos de pastelería, grasas sólidas como el aceite de coco, aceite de palma, se han relacionado con un mayor riesgo de cáncer de próstata, además de conllevar a la obesidad.

En contraste con las grasas saturadas recién descritas las grasas poliinsaturadas, específicamente el ácido linolénico u omega 3 se ha estudiado que sería un factor protector para el cáncer de próstata. Fuentes: pescados (jurel, atún, salmón), aceite de chía, linaza, semillas de chía y linaza.
Carotenoides:
Licopeno: El licopeno es un carotenoide, principal pigmento responsable de la característica coloración roja del tomate, por lo que éste es su principal fuente. Además, es una buena fuente de antioxidantes. Se ha postulado, en diversas evidencias que el licopeno actúa como factor protector, previniendo el cáncer de próstata.
Los vegetales verde-amarillos como zanahorias, espinacas, lechuga verde y espárragos verdes, contienen altas cantidades de caroteno por lo que además de ser antioxidantes también se ha evidenciado que protegen de padecer cáncer de próstata.
Vitamina E
La vitamina E, además de también tener una potente actividad antioxidante, protegería contra el cáncer estimulando funciones inmunitarias. Fuentes: : aceites vegetales (oliva, soja, palma, girasol), frutos secos como almendras y nueces, cereales integrales, semillas y verduras de hoja verde.
Dieta Mediterránea
La dieta mediterránea es abundante en alimentos con propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y alcalinizantes, que pueden protegernos contra el cáncer de próstata, además se asocia con la longevidad y la reducción de la mortalidad cardiovascular y por cánceres.
Alto consumo de verduras, legumbres, frutas y cereales.
Ingesta moderada a alta de pescado.
Alta ingesta de grasas poliinsaturadas.
Baja a nula ingesta de grasas saturadas.
Baja a moderada ingesta de productos lácteos. Preferir lácteos descremados y sin azúcar.
Baja ingesta de carne.
Modesta ingesta de etanol, preferir principalmente en forma de vino.
La dieta a la cual solemos estar expuestos es la occidental, que tiende a ser alta en productos de origen animal y alimentos procesados y refinados, con un elevado consumo de grasas saturadas, grasas trans y carbohidratos refinados. Además, la dieta occidental, es a menudo baja en vegetales frescos, frutas, legumbres y cereales integrales, con una baja ingesta de fibra y fitonutrientes, todo lo contrario a lo que nos ayuda a cuidar nuestra salud y nos protege de diversas enfermedades. Es por esto que nosotros mismos somos los que debemos hacer un cambio en nuestro estilo de vida relacionado con los alimentos, hay muchas opciones a disposición del consumidor, elijamos la correcta!