
La diabetes en la actualidad se ha transformado en una situación crítica de salud pública. En chile existe una prevalencia de un 10% de la población, es decir, 1 de cada 10 chilenos la padece.
Los pacientes diabéticos, además de los síntomas físicos asociados, enfrentan una carga de salud mental que es preocupante. Sufren de depresiones y trastornos de ansiedad más graves en comparación a un paciente no diabético, por lo que la intervención psicológica es fundamental.
Cuando una persona es diagnosticada de diabetes tiene que enfrentar una situación totalmente nueva que afecta en todos los ámbitos de su vida:
Cambios en los hábitos de alimentación (la cual se vuelve más restrictiva),
Necesidad de incorporar ejercicio físico,
Control riguroso de los niveles de glucosa, exámenes médicos y otros análisis,
Convivir con una variedad de síntomas que dificultan el diario vivir, como infecciones, cansancio, malestar en el estómago y falta del deseo sexual.
Todos estos cambios pueden ser llevados mucho mejor de la mano de un tratamiento psicológico, el cual debiera enfocarse principalmente en los siguientes aspectos:
1- Ayudar a los pacientes a la aceptación y adaptación a la enfermedad y guiarlos en la generación de un cambio en el comportamiento (modificación de hábitos).
Una vez enterado del diagnóstico actúa de manera activa e infórmate para enfrentar la enfermedad.
2- Concientizar la importancia del seguimiento correcto del tratamiento.
Resuelve las dudas con tu médico, existen creencias erróneas como pensar por ejemplo, “si no me pongo insulina no soy diabético”, “si tengo poca azúcar en la sangre no soy diabético”, “si me pongo insulina puedo comer de todo”. Solo el médico te puede aconsejar de manera adecuada.
3- Disminuir las emociones negativas como miedos y tristeza que pueden generar esta enfermedad y que pueden llevar a una depresión a o trastornos de control de impulsos relacionados con la alimentación.
Trata de mantener un estado de ánimo estable siguiendo todas estas recomendaciones. Las emociones negativas, la ansiedad y tristeza pueden llevar a un peor control del nivel de la glucosa, mientras que un estado de ánimo estable minimiza que aparezcan complicaciones.
4- Mantener comunicación con la familia y amigos sobre lo que les pasa.
Aprende a aceptar tu diabetes, expresa tus emociones y sentimientos y apóyate en tus seres queridos y amigos para enfrentar la enfermedad.
5- Ayudar a adquirir hábitos más saludables, mantener una alimentación adecuada y promover el ejercicio físico, eliminando hábitos poco saludables como el tabaco y alcohol.
Implícate en el autocuidado, sigue una alimentación saludable, equilibrada, ordenada y suficiente de forma habitual; realiza ejercicio físico y practica ejercicios de relajación como yoga, meditación, pilates, etc.
Cada uno es estos aspectos es necesario considerar para mejorar la calidad de vida tanto física como emocional de los pacientes con diabetes.
Consulta con un psicólogo si te sientes muy angustiado y desorientado para enfrentar esta enfermedad.