top of page

Inicio campaña vacunación contra la Influenza.

Dra. Francisca Dussert

La influenza es una enfermedad respiratoria aguda, producida por el virus de la influenza. A diferencia del resfrío común, sus síntomas son de mayor intensidad y gravedad. Es una enfermedad autolimitada, es decir, mejora sola al cabo de unos días. Sin embargo, a veces puede producir cuadros más graves o complicaciones que pueden llevar a hospitalizaciones y en algunos casos a la muerte. Estas complicaciones se dan especialmente en personas mayores, en personas con enfermedades crónicas, en lactantes y en embarazadas.

¿Cuáles son las vías de contagio?

El contagio se produce entre una persona enferma a una sana a través de las gotitas de saliva que se generan al toser o estornudar. El principal mecanismo es a través de las manos, que tocan superficies contaminadas con secreciones respiratorias de un enfermo y que, al llevarse las manos

contaminadas a la cara, permite el ingreso del virus a las vías respiratorias. Por ello es importante el lavado frecuente de las manos y el taparse la boca al toser o estornudar cuando se está enfermo.

¿Qué síntomas produce la influenza?

Lo más notorio de la influenza es que se manifiesta en forma súbita, sin avisos previos provocando una repentina fiebre alta (sobre 38°C) la que dura en promedio dos o tres días, pudiendo llegar a la semana. A esto se asocia a sensación de cansancio o debilidad, dolor muscular y cefalea habitualmente frontal.

Entre otros síntomas menos específicos se encuentra la tos, el dolor articular, la molestia frente a la luz y en algunos casos síntomas digestivos como dolor nauseas y vómitos (mas frecuente en niños).

Es importante recalcar que esta enfermedad puede agravar los síntomas de otras enfermedades que las personas ya tienen, como es el caso de la insuficiencia cardiaca, diabetes, neumonía bacteriana, deshidratación y otras. De ahí la importancia de la vacunación como medio de prevención de descompensación de patologías crónicas en la población de mayor riesgo.

¿Cómo se previene?

Para la influenza estacional existe una vacuna que se aplica anualmente. El Ministerio de Salud cada año realiza una campaña gratuita para los que tienen mayor riesgo de presentar complicaciones por la influenza, como los adultos mayores, embarazadas, lactantes, portadores de enfermedades crónicas y personal de salud.

La influenza puede prevenirse practicando medidas básicas de higiene, como el lavado frecuente de las manos con agua y jabón o con preparados de alcohol-gel y el uso adecuado de pañuelos para cubrirse la boca y nariz al toser y estornudar.

Importancia de la vacunación

Con relación a la estadística nacional:

  • Anualmente ocurren entre 4.000 y 6.500 hospitalizaciones asociadas a influenza grave a nivel nacional, con un mayor riesgo en las personas de 65 años y más y los menores de 5 años.

  • En relación con la mortalidad, entre 400 y 500 muertes ocurren anualmente, siendo mayores en las personas de 65 y más años.

¿Quiénes deben vacunarse?

Si bien de manera particular la vacuna esta disponible para todas las personas que no presenten alguna contraindicación, existen algunos grupos de riesgo para los cuales la vacuna se encuentra disponible desde el Ministerio de Salud, ya que con esto se busca disminuir la hospitalización y mortalidad de los grupos mas propensos a complicaciones por la influenza grave.

Grupos de riesgo:

  • Las embarazadas, a partir de la 13ª semana de gestación

  • Los niños y niñas desde los 6 meses hasta los 5 años 11 meses 29 días

  • Las personas de 65 años y más

  • Trabajadores de avícolas y de criaderos de cerdos

  • Trabajadores de salud

  • Los pacientes crónicos entre 6 y 64 años, portadores de alguna de las siguientes condiciones de riesgo: diabetes, hipertensión arterial crónica, insuficiencia hepática crónica, insuficiencia renal en etapa 4 o mayor, cardiopatías congénitas o adquiridas, enfermedades pulmonares crónicas (asma bronquial; EPOC; fibrosis quística; fibrosis pulmonar de cualquier causa), enfermedades neuromusculares que determinen trastornos de la deglución o del manejo de las secreciones, enfermedades autoinmunes (lupus, artritis reumatoide, Crohn, etc.), cáncer en tratamiento, infección por VIH e inmunodeficiencias congénitas o adquiridas.

Mitos sobre la vacunación contra la influenza:

  • “La vacuna previene los resfríos estacionales”: FALSO. Esto es debido a que el virus del resfrío (rinovirus) es de una familia distinta a la del virus influenza, por lo tanto, independiente que nos vacunemos nos podremos resfriar múltiples veces en el año.

  • “Si me vacuno no me puede dar influenza”: FALSO. La vacuna esta exclusivamente diseñada para los tipos de virus que producen influenza grave y que se asocian a mayor mortalidad. Por lo tanto, uno sí se puede contagiar de influenza, pero será de un serotipo que no es grave.

  • “Yo no me vacuno porque después siempre me resfrío”: FALSO. Posterior a la vacunación es normal que por la reacción de respuesta inmune de nuestro cuerpo podamos presentar síntomas como fiebre leve, cefalea, dolor muscular pero que son autolimitados y no representan mayor complicación.

  • “Yo nunca me enfermo, para qué me voy a vacunar”: FALSO. Es importante vacunarse no solo por uno, si no que para proteger a las personas que son de riesgo o bien carecen de una respuesta inmune adecuada como los niños, adultos mayores y enfermos crónicos.

Artículos

bottom of page